jueves, 24 de mayo de 2012

Aquí teneis unas poesías que nos ha enviado su autora, Begoña Abad como regalo especial para nosotras, forman parte de su última obra “Como aprender a volar” publicado por Olifante Ediciones de Poesía en la colección Papeles de Trasmoz. Ahí van y espero que las disfruteis:
(al final de las poesías os pongo un enlace en el que podeis ver una lectura de dicho poemario)

Me gusta la brevedad, me dijo
sólo te amaré lo que dure la vida.
-------------------------------------
No necesito un hijo que me quiera,
ni que sea feliz, ni hermoso,
ni que triunfe y me sonría,
ni un hijo que me cuide,
me proteja, me tutele.
Necesito, simplemente,
un hijo que me sobreviva
y al que poder amar hasta el final.
Si me faltara,
¿qué haría yo con tanto amor
como me crece para él
cada mañana?
-----------------------------------------------------
Mi abuelo no salió de su pueblo.
El pueblo tenía cuatro casas,
cuatro calles, cuatro caminos,
cuatro vecinos, cuatro perros.
No había en él ni obispos, ni ministros,
ni putas, ni altos cargos,
no había empresas, ni banca, ni iglesia había.
En realidad no salió nunca de su molino.
Ya es casualidad que por aquel lugar,
remoto y olvidado,
acertara a pasar la vida.
Mi abuelo hablaba poco, pero sabía mucho,
todo lo aprendió mirando la muela
que, implacable, con el mismo eterno movimiento,
machacaba siempre el grano, hasta hacerlo polvo.
 ------------------------------------------------------
Podría haberme emborrachado
de ansiolíticos potentes
o de vodka barato.
Podría haberme enganchado
a la coca, a las telenovelas
o al chocolate.
Podría haberme hecho adicta
a tus ausencias
a tu malquerer, a tu dolor,
a tu lista de contraindicaciones,
pero preferí averiguar
qué eran los dos bultos
que me nacían en la espalda
y echarme a volar.
Aunque ese vuelo te alejara de mí,
hoy quiero enseñarte a volar
porque no encuentro otro modo mejor
de amarte.



No hay comentarios:

Publicar un comentario