jueves, 15 de marzo de 2012

Estas son las lecturas que se leyeron y comentaron en el taller el pasado miércoles día 14 de marzo, disfrutarlas, son preciosas...

 Provoca la vida
terratremols i erupcions
huracans i inundacions
sobre la meva vida.
També llargs períodes
de calma i espera,
en deserts gelats o ardents,
nits de maregassa.
Jo sé que no soc res,
que jo no sóc ningú,
però per a mi ho sóc tot,
per a mi ho és tot,
la meva vida.

A.K. Voinitzki
(heterònim de
Francesc Serés (Saidí 1972-)


Si después de yo morir quisieran escribir mi biografía
no hay nada más sencillo.
Tiene sólo dos fechas
la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una y otra todos los días son míos.

              Alberto Caeiro  Fernando Pessoa
     (Heterónimo de  Fernando Pessoa, Lisboa 1888-1935)


Epitafio del enamorado

Si alguien quiere escribir mi biografía
no hay nada más sencillo.
Dispone de dos fechas solamente:
la del día que te conocí
y la del  que te fuiste.
Entre una y otra trancurrió mi vida
Lo que ocurriera, antes lo olvidé.
Lo que suceda ya, carece de importancia.

Juan Bonilla (Jerez de la Frontera 1966-)

Hijo mío

Que soy libre, me dicen.
Pero si quisiera tener otro hijo
tendría que llevarlo al Banco de la esquina
porque suya es mi casa.
Mi niño llamaría padre al director
y madre a la cajera
aprendería a andar con una silla de oficinista
dormiría en un cajón del archivador
y yo sólo sería un pariente lejano
que le sonreiría desde mi puesto en la cola.
Me pasaría de vez en cuando con la excusa de ampliar
la hipoteca
sólo para ver qué tal me lo crían
cómo le afecta el aire acondicionado
si sabe poner un fax
y si el director le regala un juego de sartenes
por su cumpleaños.

                           Ana Pérerz Cañamares
                           (Santa Cruz de Teneride 1968-)


Mascota

Por fin me ha dejado bajar al sótano para verla. Dice que como está preñada no puede moverse y que no debo tener miedo. A la luz de la linterna la tela me decepciona un poco; me la imaginaba como las que tejen las arañas gigantes de las películas y resulta que sólo se trata de un nido de seda enmarañada, con el color amarillento del algodón sucio.

La araña sí es grande. Mi padre la quiere mucho. Ha sacrificado para ella hasta el último animal de la granja. También ha tapiado los vanos de las ventanas para que no se escape.

Mi padre dice que las crías necesitarán alimento y que, aunque no será suficiente, su madre se dejará comer para que no mueran…, demasiado terrible para quedarme a mirar.
La puerta se ha atascado.
Papá no responde.

Pedro Peinado Galisteo
  
Decir no

Desde chiquillos se convirtió en mi sombra. Yo le decía que no lo quería y eso le daba más alas. Aseguraba que cuando una mujer dice no, en realidad quiere decir sí. Consiguió espantar a todos los mozos que se me acercaban; unas veces convenciéndolos de que yo era su novia, otras con amenazas. Y así me planté en los cuarenta. Aquel encuentro de solteros en otro pueblo, me hizo concebir la esperanza de que conseguiría escapar de él. Antes de bajarme del autocar, lo vi a través de la ventanilla plantado en la plaza, esperándome. Me casé con él y dejó de perseguirme.
Lola Sanabria García

HAIKUS

Flores que vuelven
volando a la rama
eran mariposas.

MORITAKE (1472 - 1549)

Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo.

BASHO (1644 - 1694)

Ipomea,
aunque te marchites,
seguirá amaneciendo.

Gengen'ichi
(1741-1804)

 Una hoja se va, y
otra se suma
al viento.

Hattori Ransetsu
(1654-1707)

Frescor matinal
De la campana se aleja
El tañido de la campana
Lluvia de verano:
Miles de palabras
Sin sacar mi pluma

YOSA BUSON(1716 - 1783)

Con gran sosiego
camino solo, y solo
me regocijo.

ISSA (1763-1826)
 
Ficciones

Alguien se sentó  junto a él en el autobús y abrió una novela.
   En sus páginas pudo leer cómo un hombre en gabardina se acercaba a una mujer en una esquina de luz macilenta. No llegó a saber qué le dijo, pues tuvo que levantarse a toda prisa para no pasarse de parada.
   Caminó un trecho por la acera desierta, envuelto en el eco nocturno de sus propios pasos. En la esquina de las calles Bravo Murillo y Naranjo vislumbró a una mujer que esperaba bajo una farola enferma. Se acercó a ella con las manos hundidas en los bolsillos de la gabardina. Quiso hablarle, pero no le salieron las palabras. Ella lo miró con tristeza y dijo:
   - Deberías haberte bajado en la siguiente, cariño.
                     
                     Rubén Abella(Valladolid 1967-)

Arca

Ayudaron a subir a los otros aún sabiendo que se quedaban sin lugar.Desde una orilla dorada a punto de desaparecer, saludaron a Noé y a los elegidos, que se diluian en la distancia. El arca avanzó, llegó a su orilla y dicen que se cumplió una profecía. Y aquí estamos. Somos los descendientes de los que se salvaron solos.

 María Cristina Ramos

Decir no

Desde chiquillos se convirtió en mi sombra. Yo le decía que no lo quería y eso le daba más alas. Aseguraba que cuando una mujer dice no, en realidad quiere decir sí. Consiguió espantar a todos los mozos que se me acercaban; unas veces convenciéndolos de que yo era su novia, otras con amenazas. Y así me planté en los cuarenta. Aquel encuentro de solteros en otro pueblo, me hizo concebir la esperanza de que conseguiría escapar de él. Antes de bajarme del autocar, lo vi a través de la ventanilla plantado en la plaza, esperándome. Me casé con él y dejó de perseguirme.
Lola Sanabria García


Ya nada es igual
La gota de lluvia baja raudamente por el vidrio del ventanal, como si desesperara por suicidarse… Cuando él estaba conmigo, estas cosas tan tristes no ocurrían.
Orlando Romano (Argentina 1972-)
Si después de yo morir quisieran escribir mi biografía
no hay nada más sencillo.
Tiene sólo dos fechas
la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una y otra todos los días son míos.

              Alberto Caeiro  Fernando Pessoa
     (Heterónimo de  Fernando Pessoa, Lisboa 1888-1935)

La bella durmiente del bosque y el príncipe
La Bella Durmiente cierra los ojos pero no duerme. Está esperando al príncipe. Y cuando lo oye acercarse, simula un sueño todavía más profundo. Nadie se lo ha dicho, pero ella lo sabe. Sabe que ningún príncipe pasa junto a una mujer que tenga los ojos bien abiertos.
Marco Denevi (Buenos Aires 1922-1998)




No hay comentarios:

Publicar un comentario